miércoles, 6 de octubre de 2010

Narcotráfico y Gobernabilidad: el caso de México.

Por: Yenny Andrea Ortiz Acosta
Grupo de Estudios Políticos de la Universidad Distrital.

Imagen tomada de : https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilGjWhTR83eI94DfGRlf2wu58rpXuNOB4q5k3Le1wEUQglh0qh-mP523k8w3Y84LWvollC-n0sSzeuhtHiUVj0OJTo8OOffJAVaVtBimVLJwLG_IlpOhdQvjw6r-tvM95sxDtYnTzokbo/s1600/mapa+del+narcotrafico+en+mexico.jpg


Hablar del fenómeno del narcotráfico en México es entrar a abordar un terreno lleno de historia y evoluciones. El surgimiento del mercado ilícito de drogas en México estuvo estrechamente ligado con la introducción y ejecución de las políticas prohibicionistas en Estados Unidos. El fenómeno aparece claramente asociado a la organización del contrabando destinado fundamentalmente a satisfacer la demanda de consumidores e importadores de sustancias que habían sido ya prohibidas en EE UU. A medida que los controles se intensificaron, las oportunidades para el contrabando se multiplicaron. Así a pocos años de la promulgación del Acta Harrison de 1914 en EE.UU, en la que estipulo el control de cada fase de la producción, manufacturación y distribución del opio medicinal y todos sus derivados, así como también de la cocaína, declarándose también ilegal la posesión de cualquiera de estas sustancias controladas, sus consecuencias se mostraron con especial y trágica claridad e incluyeron la reclasificación de adictos en criminales y el posicionamiento de México como un importante circuito ilegal de drogas.

Aunque el corazón del mercado estaba al otro lado de la frontera, las condiciones de México en los años 20’s ayudaron al crecimiento del narcotráfico. El gobierno del coronel, político criminal y empresario regional Esteban Cantú se beneficio de las cuotas pagadas por los comerciantes de opio que no solo se cultivaba en la región sino que llegaba de Asia para ser refinado y ser re-exportado al norte. En estos años el turismo a las ciudades fronterizas mexicanas, por parte de los estadounidenses también floreció, para poder conseguir opio y marihuana- que ya se cultivaba en el país desde varias décadas atrás- a bajo precio y sin el problema de la prohibición. Sin duda alguna, el narcotráfico en México se estaba convirtiendo en el mejor de los negocios y aunque los controles por parte del Estado se hacían más fuertes, la prohibición se promulgo pero no se aplico, Cantú se valió de todas las formas posibles para saltarse algunas de las normas e ir entretejiendo los lazos estrechos entre el mercado ilícito y una elite política en asenso. Este poco cumplimiento de la prohibición hizo tensa la relación con Estados Unidos que quería lejos de su frontera el problema de las drogas; pero que en este país se erradicara la producción de heroína hizo que en México se comenzara con su cultivo y que muchos de los traficantes estadounidenses continuaran lucrándose. Por otro lado, los funcionarios políticos de México aunque no simpatizaban con el mercado, muchos si permitieron su funcionamiento para recibir algunos beneficios, asentando los orígenes de la Narcopolitica.

La principal evolución del mercado ilícito de drogas en México está registrada en cómo este paso de las manos del Estado a manos privadas, lo que ha dado como resultado las disputas constantes entre los carteles, y el traspaso de la protección y la seguridad a ejércitos clandestinos y privados, que además han generado una ola de violencia que azota a México de manera estremecedora y a la cual el gobierno quiere hacer frente con más violencia.

Una pregunta que surge en medio de este contexto ya expuesto es ¿por qué el narcotráfico en México es noticia más ahora que antes? Esto tiene que ver con dos aspectos principalmente. El primero es la caída de los carteles colombianos y los profundos controles en Florida, que era el puente de entrada del narcotráfico colombiano, lo cual hizo que se abrieran las puertas al mercado mexicano que de alguna manera tenia entradas más fáciles no solo por ser una bisagra entre Suramérica y Estados Unidos, sino porque tenia personas lo suficientemente entrenadas para hacerle frente al negocio. Y por otro lado, además paradójico aspecto, esta la victoria del PAN ( Partido Oficialista de Acción Nacional) con la presidencia de Vicente Fox, que rompió con la hegemonía de setenta años del PRI( Partido Revolucionario Institucional), lo cual trajo retrocesos en los avances institucionales: el PRI busco que los carteles de la droga convivieran entre ellos para evitar una guerra a muerte, al salir el gobierno, los contactos políticos entre narcos y el Estado se perdieron y la ley de la selva comenzó, por otro lado el PAN al llegar al poder desmantelo los organismos de inteligencia policial que le seguían la pista al narcotráfico y al ver que la violencia aumentada y la economía del narcotráfico iba en asenso, Calderón se vio obligado a enviar al ejercito a hacerle frente al problema.

El narcotráfico en México no es precisamente un problema actual, pero es ahora cuando está en su apogeo, las instituciones mexicanas están siendo totalmente ridiculizadas ante el problema y cada día el narcotráfico gana mas poder.

“colombianización” a la mexicana.

“colombianización”, este ha sido el término utilizado por los medios de comunicación mexicanos frente a las dinámicas del narcotráfico en el país, sin embargo su uso puede ser contraproducente, algunos académicos prefieren que el narcotráfico en México se analice de manera distante frente al fenómeno dado en Colombia, y tienen razón en querer verlo desde dos ópticas diferentes.

Aunque la lógica del negocio sea la misma, las diferencias son grandes dicen los estudiosos del tema. En primer lugar esta que el fortalecimiento actual del mercado en México no cuenta con la protección “extranegocio” que han proporcionado las FARC- quienes encontraron en el narcotráfico y en el secuestro formas de financiarse- o las AUC, pero cabe resaltar que en su época tampoco contaban con su apoyo extra los carteles de Cali y Medellín. Lo segundo es que la producción y tráfico de estupefacientes tiene una larga historia en México –todos los referentes vienen de Sinaloa muy a principios del siglo XX como ya vimos-. Otro punto que haría la diferencia entre los casos del narcotráfico en México y Colombia que vale destacar es el reclutamiento, se ha estimado que el 70% de los cuadros operativos de los carteles mexicanos proviene del ejercito o de las policías, nacionales o regionales; esta es una diferencia crucial porque si bien en Colombia hubo cruce entre los organismos de seguridad y las organizaciones de narcotraficantes, en México la defensa interna se encarga de la logística y la defensa del espacio utilizando medios y herramientas muy sofisticados.

El asesinato del candidato a gobernador del Estado de Tamaulipas, Rodolfo Torre Cantú, cometido a pocos días de las elecciones, trae a la memoria la muerte del candidato presidencial colombiano, Luis Carlos Galán en 1989, llevada a cabo por el cártel de Medellín.

Antes de 2006, las muertes perpetradas por los cárteles mexicanos abarcaban solamente a policías antinarcóticos, pero luego comenzaron los asesinatos mafiosos de civiles y de políticos que no ingresaron en el circuito del narcotráfico o que colaboraban con bandas rivales. A pesar de que en Colombia, la exportación masiva de drogas comenzó a mediados de la década del 70, la ola de violencia contra civiles se inició una década después. En el México actual, como en Colombia a fines de la década del 80 y comienzos del 90, el vacío de poder y la falta de contención social de grandes masas de excluidos produjo que un poder mayor, el narcotráfico, reemplazara al Estado. Un buen ejemplo de esto está en la llegada de Pablo Escobar como suplente al congreso, donde se ocupo de construir barrios para familias pobres, algo de lo que el Estado ya no se estaba ocupando.

Mientras más avance la corrupción y el poder de los narcos, la democracia y las instituciones van a estar cada vez más resentidas, ya que por ejemplo en varios estados mexicanos las elecciones están supervisadas por los cárteles, que imponen a sus propios candidatos, tal como sucedió en Colombia.

Las fuerzas mexicanas que luchan contra la droga cuentan con la experiencia de los colombianos. Son conscientes de qué métodos utilizar y cuáles no. Pero, por otro lado, los narcos también tienen la experiencia de sus pares colombianos. De acuerdo con el gobierno de México, en los cárteles locales hay miembros de narcos colombianos que asesoran y participan de la venta de drogas a Estados Unidos.

En tanto, una similitud cada vez mayor entre ambos países, pero que en pocos medios se comenta, es el incremento del intervencionismo estadounidense en Bogotá y México. Primero fue el Plan Colombia y ahora el Plan Mérida, mucho más modesto, pero por el que México recibió 1.400 millones de dólares por parte de la Casa Blanca.

Mediante el Plan Mérida, el gobierno mexicano justifica asesinatos, militariza a la sociedad y permite la presencia de asesores norteamericanos expertos en narcotráfico y en inmigración ilegal. Al mismo tiempo, Washington evita condenar a la conservadora Asociación Nacional del Rifle norteamericana, que aporta el 90 % de las armas que se usan en México.

Por un lado, el gobierno combate a los narcos mediante sus propios recursos y el financiamiento y las armas estadounidenses, pero por otro en algunos Estados el poder político se apoya en el negocio ilícito para comprar más armas y para sacar provecho propio.

Por ahora, este círculo vicioso no se puede comparar en magnitud con lo que sucedió y sucede en Colombia, pero no hay duda de que existen intereses poderosos que pretenden crear en México una situación caótica de similares características.

“encerrados en nuestras propias casas”: la violencia y el narcotráfico.

Felipe Calderón a señalado en muchas ocasiones que la guerra contra el narcotráfico en México es un proceso donde las voluntades de todas las fuerzas políticas deben unirse porque los maleantes narcotraficantes se han venido “adueñando del país”, y esta afirmación no esta muy lejos de lo que la población señala. Ciudad Juárez es quizás uno de los estados con mayores problemas de violencia en México al punto que los medios de comunicación ya la han llamado “ciudad miedo”. Sus pobladores, que están alrededor de los 1.3 millones, ya no se sienten seguros ni siquiera dentro de sus casas, porque las pandillas o los grupos de sicarios atentan contra sus blancos sin importar que civiles muy lejanos del conflicto estén cerca. Muchos de los habitantes de Ciudad Juárez aseguran que las balaceras comienzan en cualquier momento y que solo hay tiempo para esconderse. El pasado mes de julio se registro la muerte de de 16 adolescentes que estaban en una fiesta a la que llegaron un grupo de sicarios y los mataron sin reparo al confundirlos con narcotraficantes y adictos, la muerte de estos jóvenes no solo conmovió a toda Ciudad Juárez, sino que también los enfureció al punto que no querían a Calderón en sus tierras, de manera muy explícita le dijeron que no era bienvenido, criticaron algunas de sus políticas y le preguntaron qué sentiría el si mataran a sus hijos, esta reacción llevo a Calderón a endurecer sus políticas de guerra contra el narcotráfico.

Durante el gobierno de Felipe Calderón la cifra de muertos va en 23000 aproximadamente, los civiles muertos cada día son mas y el gobierno los llama “daños colaterales” y han estado ocultas las cifras reales por 12 años; hay alrededor de 80000 pandillas en México de las cuales 214 trabajan con los narcotraficantes, se dan 4000 casos de extorción diarios, se registraron 1791 violaciones a los derechos humanos en el 2009 de los cuales solo el 2% de los casos fueron condenados; los adictos ahora son blanco de los sicarios ( la población de adictos en México es de 4.7 millones y aunque una de las iniciativas del Plan Mérida son los programas sociales hay solo 300 centros de rehabilitación en todo el país); el record de crímenes es de 85 al día y 271 en la semana, se registra que doscientas familias salen del país al mes huyendo de la violencia que ya es intolerable.

El crimen organizado en México es procesado por 22 tipos de delitos penales: fraudes de tarjeta de crédito, trafico de drogas, tráfico de personas, contrabando de comida y servicios, tráfico de armas, trafico de cigarrillos, robo de autos, lavado de dinero, secuestro, extorción, ejecuciones de funcionarios públicos, piratería, infiltración patrimonial, tráfico de indocumentados, falsificación de documentos, trata de personas, falsificación de dinero/bonos, pornografía, homicidios, lesiones y actos de terrorismo.

El crecimiento de la violencia es una de las consecuencias del triunfo del mercado del narcotráfico ante el Estado.

México y la Narcopolitica.

El pasado 4 de julio, México celebró las elecciones regionales más polémicas de su historia reciente. El crimen del candidato a gobernador del Estado de Tamaulipas, en el norte del país, motivó la discusión y análisis en torno a la intervención del narcotráfico en la escena política mexicana.

Durante muchos años funcionarios públicos en México se han visto inmersos en investigaciones que los conectan con el narcotráfico, muchos agentes de policía regional o antinarcóticos han sido incluso ajusticiados por los mismos narcotraficantes debido a la guerra entre carteles por las rutas y los cultivos. Todo esto ha sido un proceso histórico, la clase política ha estado relacionada con el narcotráfico desde varias décadas atrás pero ahora, la Narcopolitica y sus intereses sobre el poder del Estado están floreciendo de nuevo.

El caso “Greg” es el más actual. Gregorio Sánchez, “Greg”, candidato para gobernador del estado de Quintana Roo, y ex alcalde de Cancún, por la coalición de los partidos de izquierda PRD (Partido de la Revolucion Democrata) y PT(Partido del Trabajo), así como del Partido Convergencia, fue detenido en mayo pasado al considerase sospechoso de estar vinculado, blanquear dinero y proteger a organizaciones criminales, en especial a la banda de los Beltrán Leyva y los Zetas.

Los partidos no cuentan con normas internas precisas y puntuales para evitar que, a través suyo, los narcos y bandas criminales sigan escalando posiciones de poder. Responsables directos de haber servido, voluntaria o involuntariamente, como instrumento para que el narcotráfico permeara las estructuras de poder, los partidos políticos hoy no aceptan su parte de culpa en la situación de crisis y violencia que vive el país. Apenas tímida y cínicamente, algunos institutos hablan de “la necesidad de vigilar” a quienes postulan a puestos públicos. Hay indolencia en los partidos para reconocer que ellos son parte del problema que tiene al país al borde de la ingobernabilidad

Durante años la intervención del narcotráfico en la contienda electoral mexicana se limitó a aportes económicos a través de testaferros, pero "ahora opinan a balazos, quieren influir en las elecciones estatales y presidenciales", opina Raúl Benítez, un experto en seguridad nacional e investigador de la Universidad Autónoma de México.

Es cierto que desde la declaración de la guerra a los narcos por parte del gobierno mexicano se produjeron hasta ahora unos 23.000 muertos, mientras que no sólo los tres poderes del Estado están corrompidos, sino que además la policía, el ejército, gobernantes locales y funcionarios aduaneros de ambos lados de la frontera entre México y Estados Unidos están implicados en el conflicto.

En México preocupa esta relación del narcotráfico con la política. Se teme que cada vez sea más común encontrar a funcionarios y candidatos a puestos de gobierno relacionados, o incluso miembros, de carteles de la droga.

Es una preocupación bien fundada, y en especial por la nueva generación de capos, los llamados “narco juniors”, que cuentan con mayor educación, recursos y relaciones que no solo contemplan a grupos delictivos, sino también a empresas, medios de comunicación y política en el país y en el exterior. El gobierno intenta acabar con este problema, pero lo que es evidente es que el narcotráfico cada vez está más extendido y que su influencia es cada vez mayor en la esfera política.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

muy bien escrito! Facil de leer por un extranjero. Ya entiendo mucho mejor porque mexico es como es.

Anónimo dijo...

Muchas felicidades, muy buena información!

Anónimo dijo...

un we en el mirc dijo ke la solucion para el es matar a todos los drogadictos y asi no habria demanda...por loco ke les paresca dijo en el mirc ke cada semana mataba uno o dos mariguanos atropellandolos ...tenemos a un Asesino serias o a nuestro Primer Justiciero????